Retrato de Varvara Ivanowna Narishine (1800)
Elizabeth Vigée-Lebrun, pintora y retratista francesa, hija y discípula del pastelista Louis Vigée-Lebrun, figura como una de las cuatro mujeres que logró ingresar a la Academia Real, en 1783. Famosa por su ingenio y belleza tanto como por su talento, tuvo una trayectoria de gran éxito, y fue amiga de la reina María Antonieta, a quien retrató en repetidas ocasiones. Al estallar la Revolución Francesa, en 1789, Elizabeth abandonó Francia y vivió en Italia, para luego viajar a Viena y Rusia.
Radicada en San Petersburgo, pintó este retrato, probablemente de una dama de la nobleza. La obra permite apreciar sus dotes artísticas, reflejadas en la delicadeza del trazo y también en la maestría para captar la belleza de la modelo y su expresión de serena fortaleza y seguridad, acentuada por la elección del rojo como color protagónico.
En 1802 regresó a París, aunque sus desacuerdos con el régimen napoleónico la hicieron marcharse casi enseguida, pasando temporadas en Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, antes de regresar definitivamente a París. En todas partes recibió importantes respaldos y fue admitida como integrante en varias academias. Dentro de su legado, valiosas son también sus memorias, tres volúmenes que proporcionan un cuadro vivo de la Europa de su tiempo, así como referencias a sus propias obras.