La danza (1909)

Luego de haber estudiado Derecho, Matisse da un vuelco para dedicarse a la pintura: ingresa primero a la Academia Julien de París y luego a la Escuela de Bellas Artes, además de convertirse en un asiduo visitante del Louvre donde estudia las obras de maestros como Poussin, Chardin, Cézanne, Van Gogh y Gauguin. Con un acercamiento al impresionismo y al cubismo, Matisse optará finalmente por el fauvismo, el primero de  los principales movimientos de vanguardia del arte europeo y que se caracteriza por el uso de colores intensamente vivos.

En “La danza”, el artista hace una síntesis de las artes: música y poesía confluyen en la pintura. Se podría decir que sus figuras de bailarines -y en general, todas sus figuras humanas- responden, en primer lugar, a la expresividad de la forma, y sólo secundariamente a los detalles anatómicos. En la obra de este artista se percibe el intento de lograr un equilibrio del mundo real y el mundo interior a través de la búsqueda de lo esencial y lo simple.