Autorretrato como alegoría de la pintura Década de 1630
Artemisia Gentileschi es una reconocida representante del arte Barroco italiano y tiene el gran mérito de haber sido la primera mujer admitida en la academia de arte de Florencia. Su pintura se caracteriza por representar escenas de gran realismo y violencia, lo que se ha interpretado como una respuesta ante las presiones de la sociedad machista de su época.
Pero, al mismo tiempo, muestra la capacidad de crear imágenes de gran delicadeza, como en el caso de “Autorretrato como alegoría de la pintura”. En esta obra, a través de la representación de sí misma, Gentileschi rinde homenaje a la musa inspiradora de la pintura y también demuestra su propio carácter y valor como artista. Se trata de un retrato sencillo: una mujer con vestido verde aparece concentrada en su trabajo, iluminada por una luz típicamente caravaggiana.
Tras su muerte, Artemisia Gentileschi cayó en el olvido, pero en la actualidad su aporte artístico ha sido reconocido y valorado en toda su dimensión.