Impresión, sol naciente (1872)

Claude Monet fue el gran gestor del movimiento impresionista, justamente denominado así por su obra “Impresión, sol naciente”. Pintaba al aire libre para captar los efectos de la luz sobre los elementos de la naturaleza y representarlos en sus obras. Su admiración por la estampa japonesa, de la que adoptó diversos motivos, se hace presente en varias creaciones.

“Impresión, sol naciente” es un claro ejemplo de la aplicación de los principios del naciente movimiento. Es un cuadro pintado al aire libre en el que Monet plasma el efecto de la luz natural sobre la superficie del agua. El agua, el cielo y barcas están pintados de manera esquemática. El sol rojo del amanecer se refleja en el agua a través de una húmeda bruma. La pintura, de manchas ligeramente aplicadas, le da un toque de algo inacabado, como si el pintor no lo hubiera dicho todo e invitara al observador a completar el cuadro en su imaginación. Es una pintura que no apela a la razón, sino que está dirigida a los sentidos, a la esfera íntima del espectador.