Clase de danza (1874)
Luego de estudiar Derecho, el artista francés Edgar Degas descubrió su pasión por la pintura. Admirador de Ingres y de los maestros del renacimiento italiano, también se interesó por las estampas japonesas y se relacionó con el grupo de pintores impresionistas. Una constante fueron sus estudios de la figura femenina, además de pintar repetidamente un mismo motivo con enfoques diferentes, como las escenas de caballos. Más tarde desarrollaría los dos temas más recurrentes de su obra: bailarinas y mujeres lavándose o peinándose.
Quizá “Clase de danza” sea la escena de ballet más popular de Degas. En ella representa uno de los salones del Teatro de la Ópera de París, en el que un grupo de alumnas de danza escuchan atentamente las instrucciones del profesor. Aunque tal vez ni el profesor ni sus alumnas sean los protagonistas de esta pintura, sino el magnífico efecto de profundidad y la sensación de movimiento que caracterizan la composición. La luz es también un elemento importante, ya que crea una sensación atmosférica especial, diluyendo los contornos de las figuras y otorgando aire al espacio.
La mayoría de las escenas de danza de Degas muestran el esfuerzo y el intenso trabajo de las muchachas por poner una obra en escena. Se podría decir, entonces, que es el pintor de lo que existe al otro lado del telón, del maravilloso mundo del aprendizaje, más que del esplendor del espectáculo.