La Libertad guiando al pueblo (1830)

Eugène Delacroix es uno de los más destacados representantes del romanticismo francés, junto con Géricault, a quien admiraba profundamente. Sus pinturas se inspiran principalmente en la literatura y en hechos históricos. En “La Libertad guiando al pueblo”, Delacroix representa la insurrección que, en julio de 1830, acabó con la monarquía borbónica en Francia. La mujer con el torso desnudo, que lleva en una mano la bandera tricolor y en la otra un fusil, representa a la Libertad y a la Nación. La acompañan miembros de las diferentes clases sociales, manifestando así que en el proceso revolucionario ha participado todo el pueblo francés. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha merecido la pena luchar.

Con esta obra, Delacroix pone de manifiesto su ideología y su faceta de pintor comprometido con las circunstancias. La composición se inscribe en una pirámide cuya base son los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres iluminados para acentuar su importancia. La intensidad y confusión de la batalla se manifiestan en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la Libertad.