La bañista de Valpinçon (1808)

Ingres es uno de los más destacados representantes del neoclacisismo francés. Alumno de Jacques-Louis David, fue becado en Roma, donde adquirió gran reputación con sus retratos de la alta sociedad. Luego en Florencia, estudia a Rafael -en quien se inspira para la búsqueda de la perfección de la forma-  a Holbein,  a Tiziano y a Masaccio. Tal como se puede apreciar en “La bañista de Valpinçon”, la armonía, las composiciones atrevidas y un tratamiento cuidadoso de las superficies, caracterizan su pintura. Para Ingres lo bello no reside en el objeto en sí, sino en la relación entre las cosas, principio presente en esta obra a través de la armonía entre la línea perfecta del dibujo en el contorno de la figura, el claroscuro que se va difuminando imperceptiblemente desde las sombra de las piernas a la claridad difusa de la espalda y hombros de la modelo. También la sutileza en la luz, que no procede de una fuente precisa, y en la tonalidad dorada, casi transparente de la piel de la bañista que unifica todos los tonos del cuadro.

La pintura de Ingres, además de representar el arte neoclásico de principios del siglo XIX, fue objeto de gran interés de artistas posteriores como Degas, Renoir, Cézanne y Picasso.